La fiscalidad es una de las herramientas más potentes que tiene la política para orientar el futuro desde el presente. Para impulsar aquellas transformaciones que son necesarias en las sociedades que aspiran a un mundo más justo. Por ello, hablar de impuestos y utopías no sólo no es paradójico, sino que en los últimos años se están produciendo importantes debates que conviene analizar. Uno de ellos es el relativo a la tributación de la riqueza y el otro tiene que ver con avanzar de manera cooperativa en la capacidad y en la progresividad de los sistemas tributarios, para garantizar ingresos suficientes que permitan a los diferentes países fortalecer las políticas públicas y responder a los desafíos de una economía globalizada.