La crisis financiera e inmobiliaria de 2008 nos dejó un panorama desolador con un gran exceso de inmuebles, en su mayoría viviendas construidas y en construcción. Con una grandísima bolsa nuevas viviendas en manos de las entidades financieras y de la SAREB. Por ello, la voluntad política y la implementación efectiva de estrategias y herramientas técnicas y jurídicas pueden contribuir significativamente a resolver la crisis habitacional y mejorar la calidad de vida en nuestras ciudades.