Estados Unidos ha sido el factor externo que más ha influido en la política interna de México desde sus inicios como país independiente. Con altas y bajas, en 200 años, la relación bilateral es una amalgama de lazos, contradicciones y asimetrías, en la que ha habido un sinnúmero de motivos lo mismo para la cooperación que para el conflicto. Por esta importancia, es necesario situar la relación en su momento actual y determinar qué nuevas dinámicas ponen a prueba su resiliencia.