La diligencia debida de terceros se ha convertido en una herramienta clave para mitigar riesgos críticos como la corrupción, el blanqueo de capitales y el incumplimiento de normativas internacionales. Mediante el presente artículo se ofrecerán unas breves pinceladas de cómo las empresas pueden protegerse de estos riesgos mediante un enfoque proactivo basado en la identificación y evaluación de riesgos. A estos efectos, por un lado, se desarrollarán las principales fases que todo procedimiento de diligencia debida debería incluir; y, por otro lado, se reseñarán las principales mejores prácticas en la materia, como podría ser la implementación de auditorías, la reevaluación periódica de terceros o la implementación de herramientas digitales para digitalizar el propio proceso de identificación de terceros, o incluso descartar que estos no se encuentren incursos en prohibiciones de contratación. A través de casos reales se ilustrarán las graves consecuencias que surgen cuando las organizaciones fallan en la supervisión adecuada de sus terceros, exponiéndose a sanciones millonarias y daños reputacionales severos. Finalmente, podrá observarse que la implementación de estrategias de identificación de terceros no solo puede tener la finalidad de evitar sanciones, sino, también, de también fortalecer la posición de la organización en el mercado, mejorando la confianza con los socios comerciales y asegurando la continuidad operativa a largo plazo en un entorno global desafiante.
Third-party due diligence has become a key tool for mitigating critical risks such as bribery, money laundering and non-compliance with international regulations. This article will provide a brief outline of how companies can protect themselves from these risks through a proactive approach based on risk identification and risk assessment. To this effect, this article will, on the one hand, develop the main phases that any due diligence procedure should include; and, on the other hand, will summarize the main best practices in this area, such as the implementation of audits, the periodic reassessment of third parties or the implementation of digital tools to streamline the process of identifying third parties, or even to rule out that these are not subject to procurement prohibitions. Through real cases, the serious consequences that can arise when organizations fail to adequately supervise their third parties, exposing themselves to millionaire sanctions and severe reputational damage will be illustrated. Finally, it will be shown that the implementation of third party identification strategies can not only have the purpose of avoiding sanctions, but also of strengthening the organization’s position in the market, improving trust with business partners and ensuring long-term operational continuity.