Las tardes de ajedrez fueron el pretexto perfecto entre él y Camila. El relato gira en torno a dos personajes, un chico y una joven que forjan una amistad tendiente al romance. Sin embargo una “turca” y un “mexicano” no debían ser pareja, las diferencias culturales y la presión de Camila dificultan su conexión. Sin embargo sus caminos se seguían entrelazando. Este relato enfatiza el tema de la interacción cultural y personal, mostrando cómo el conocimiento y la habilidad pueden romper barreras y prejuicios, aunque no sin dificultades y malentendidos. La narrativa de Ángel Lara, rica en detalles y observaciones, invita a una reflexión profunda sobre la convivencia, la identidad y el respeto mutuo en un mundo plural y complejo.