Abel Ortego Bielsa
Los efectos negativos del cambio climático son una evidencia, por ello es fundamental conseguir una economía descarbonizada, que no dependa de combustibles fósiles. Para lograr ese propósito hay muchas esperanzas depositadas en el despliegue masivo de las energías renovables y el vehículo eléctrico. Sin embargo, aunque estas tecnologías no dependerán a priori del petróleo y sus derivados, necesitan otro tipo de recursos igualmente escasos y valiosos, los materiales críticos.
Algunos de estos recursos son el litio, cobalto, tierras raras, manganeso, aluminio, níquel y cobre, los cuales además de ser críticos o estratégicos para Europa, por su riesgo de suministro y su importancia para la economía, presentan desafíos ecológicos y sociales en su proceso de producción.
Por otro lado, la concentración de la producción y procesado de estos materiales en unos pocos paí- ses, especialmente China, genera cierta vulnerabilidad de las industrias ante posibles fl uctuaciones en la cadena de suministro.
El sistema actual de reciclaje de estos materiales es insufi ciente, poco efi ciente en la recuperación de materiales críticos y no garantiza el suministro de recursos con la demanda que se aproxima. Ante esta situación hay que aplicar medidas de ecodiseño que hagan las tecnologías realmente limpias sino queremos que los materiales críticos se conviertan en el petróleo del Siglo XXI.