Madrid, España
La transición al vehículo eléctrico supone un cambio disruptivo, que va a producir transformaciones significativas en múltiples dimensiones asociadas a las cadenas globales de producción de la industria automotriz. El objetivo de este artículo es identificar las dimensiones y los mecanismos fundamentales que pueden actuar de dinamizadores o, por el contrario, limitar este proceso de transición al vehículo eléctrico. Las principales dimensiones identificadas son: 1) Demanda y financiación, 2) Innovación y desarrollo tecnológico, 3) Instituciones y políticas públicas y 4) Crisis climática y disponibilidad de recursos.
El surgimiento de la batería como componente estratégico del vehículo eléctrico supone un cambio disruptivo en la composición del vehículo que introduce un conflicto de liderazgo entre los fabricantes tradicionales del sector y nuevas empresas proveedoras. Además, lo posición avanzada de empresas asiáticas implica un cambio en la geografía productiva del sector que puede diluir su grado de regionalización tradicional. El aumento de medidas proteccionistas -arancelarias y no arancelarias- no son sino la expresión política de esta pugna por la jerarquía en la transición, que afectará al tejido productivo y al nivel de empleo. Todo ello plantea desafíos a las políticas públicas, tanto en organismos de gobernanza nacionales como supranacionales, que pueden dinamizar u obstaculizar la transición.
The transition to electric vehicles is a disruptive change that will produce significant transformations in multiple dimensions associated with the global production chains of the automotive industry. The aim of this article is to identify these changes and to analyse the fundamental dimensions and mechanisms that can act as drivers or constraints in this transition process. The main dimensions identified are: 1) Demand and financing, 2) Innovation and technological development, 3) Institutions and public policies, and 4) Climate crisis and resource availability.
The emergence of the battery as a strategic component of electric vehicles represents a disruptive change in the vehicle composition, introducing a leadership conflict between traditional manufacturers in the sector and new supplier companies. Moreover, the advanced position of Asian companies implies a shift in the sector's production geography that may dilute its traditional degree of regionalization. The increase in protectionist measures - both tariff and non-tariff - is nothing but the political expression of this struggle for hierarchy in the transition, which will affect production and employment levels. All this poses challenges to public policies, both at the national and supranational governance levels, which can either drive or hinder the transition.