Este artículo analiza la figura del agente encubierto informático como instrumento de investigación tecnológica, figura introducida a través de una modificación de la Ley de Enjuiciamiento Criminal efectuada en el año 2015, como respuesta a la creciente problemática que suponen el uso de las tecnologías en el ámbito de la delincuencia. Mediante la correspondiente autorización judicial, se puede actuar en canales cerrados de comunicación bajo identidades supuestas, así como el envío de archivos ilícitos y su posterior estudio.