Envejecer de forma saludable implica mantener relativamente intactas las habilidades cognitivas y, con ello, la capacidad para gestionar las actividades de la vida diaria de manera autónoma. La salud cognitiva es también salud laboral.
Dada la importancia de la prevención del deterioro cognitivo, es necesario poner en marcha estrategias de atención sanitaria para abordarla, también en el entorno laboral. El lugar de trabajo es clave para promover la salud cognitiva, a través de buenas prácticas preventivas que fomenten, sobre todo, el autocuidado