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Luis Fernando Ulloa Castrillón
La transición minero-energética emerge como un imperativo para el destino del planeta por medio de la consciente necesidad de fomentar la sostenibilidad y mitigar el cambio climático, por ello el presente artículo expone un análisis del marco conceptual regulatorio y multidimensional de los aspectos esenciales para lograr una transición minero-energética con criterios de justicia ambiental, social, energética y tarifaria, como una contribución crucial a la preservación de la vida digna.
Este análisis examina la adopción de mecanismos especiales como las denominadas comunidades energéticas que buscan la descarbonización de la matriz y la democratización en el acceso a la energía, igualmente se fundamenta en el estricto cumplimiento de los estándares nacionales e internacionales relativos a la cadena de suministro del sector energético fósil, en su transición hacia la adopción de tecnologías limpias, conocidas como Fuentes No Convencionales de Energía Renovable (FNCER), en un contexto de respeto a los derechos humanos, resolución de conflictos sociales y la promoción del desarrollo territorial de las regiones afectadas por la Transición Energética.
Lo anterior con el fin de aportar reflexiones integrales para abordar los desafíos y oportunidades que se presentan en la construcción de un futuro energético más justo, sostenible y equitativo. En este sentido, se aspira a contribuir al conocimiento desde lo local hacia lo global, abogando por conclusiones que permitan alcanzar un equilibrio entre las necesidades energéticas actuales y la preservación del medio ambiente para las futuras generaciones.
