El mecanismo de la creación de mayorías tiene que estar «bajo el rasero del dominio común del "nomos", de aquello que constituye derecho a partir de él, es decir, con una vigencia de valores que sean un requisito vinculante también para la mayoría», subraya Joseph Ratzinger en uno de sus textos sobre «Europa». Defiende también que «La democracia nunca es el mero dominio de las mayorías».