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En el contexto actual en el que se contemplan varios procesos electorales autonómicos y europeos, echamos la vista hacia el pasado, para observar la importancia que adquieren las estrategias de los candidatos y los desafíos a los que se enfrentan. Así, la experiencia de la antigua Roma nos brinda una perspectiva valiosa para comprender los debates contemporáneos que rodean a las elecciones, ya que, en ese prisma histórico, podemos identificar patrones recurrentes, información y desinformación. Ciertamente, una contienda electoral en época romana, como ocurre en la actualidad, era un buen momento para sacar a la luz y dar credibilidad a los rumores o bulos que circulaban.
Con el propósito de llevar a cabo una buena campaña en el año 64 a.C. el hermano de Quinto Cicerón, publica el Commentarioulum petitionis, un prontuario o breviario dirigido a su hermano, el famoso orador Marco Tulio Cicerón, que contiene una serie de estrategias dirigidas a convencer al electorado. Este manual del candidato contiene consejos que bien se podrían aplicar a cualquier campaña actual, y que son objeto de estudio. Igualmente, traemos a colación la propaganda electoral realizada con los programmata, de forma particular algunas de las inscripciones pintadas en rojo o negro en las fachadas de los edificios, preparadas con cal blanca, con las cuales lograr una mayor persuasión entre los potenciales votantes. Al margen de estos aspectos de la contienda electoral, hay otros relevantes en la vida política como la propagación de noticias falsas y rumores de diversa índole, con el fin de generar en la opinión pública un ataque a un rival político.
Todo ello, refleja la constante búsqueda de poder político a través de estrategias persuasivas sobre el populus. Este fenómeno histórico ilustra cómo los problemas contemporáneos, como la lucha por el poder y la proliferación de noticias falsas, son manifestaciones recurrentes en la evolución de la sociedad, evidenciando la continuidad de ciertos aspectos fundamentales en la política y la comunicación a lo largo del tiempo.
In the current context in which several regional and European electoral processes are being contemplated, we look to the past to observe the importance of candidates' strategies and the challenges they face. Thus, the experience of ancient Rome provides us with a valuable perspective for understanding contemporary debates surrounding elections, since, in that historical prism, we can identify recurring patterns, information and misinformation. Certainly, an election contest in Roman times, as is the case today, was a good time to bring to light and give credibility to the rumours or hoaxes that circulated.
In order to run a good campaign in 64 BC, Quintus Cicero's brother, Quintus Cicero, published the Commentarioulum petitionis, breviary addressed to his brother, the famous orator Marcus Tullius Cicero, containing a series of strategies aimed at convincing the electorate. This candidate's handbook contains advice that could well be applied to any current campaign and is the subject of study. We also bring up the electoral propaganda carried out with the programmata, some of the inscriptions painted in red or black on the façades of buildings, prepared with white lime, with which to achieve greater persuasion among potential voters. Apart from these aspects of the electoral contest, there are other relevant aspects of political life, such as the propagation of false news and rumours of various kinds to generate public opinion to attack a political rival.
All of this reflects the constant search for political power through persuasive strategies on the populus. This historical phenomenon illustrates how contemporary problems, such as the struggle for power and the proliferation of fake news, are recurrent manifestations in the evolution of society, evidencing the continuity of certain fundamental aspects of politics and communication over time.
