En la actualidad existe un grave problema urbanístico en la Comunidad Valenciana propiciado por la existencia de un elevado número de programas, reclasificatorios o no del suelo, que se encuentran paralizados en su gestión y materialización, siendo la causa de esto, en la mayoría de los casos, la inacción del urbanizador o de la agrupación de propietarios que lo auspició en su momento, consecuencia en casi todos los casos de la caída de las expectativas económicas que en su día dieron lugar a intentar iniciar su desarrollo. Una vez identificada la cuestión, el desafío real radica en concretar qué acciones seguir en estos casos, ya que nos encontramos ante bolsas de suelo clasificado (en muchos casos reparcelado e incluso iniciado el proceso de urbanización) cuyo desarrollo se encuentra paralizado y sin visos de que pueda volver a reactivarse su desarrollo.