Cynthia Zhang
En repuesta a un amplio archivo de trabajo ecocrı́tico sobre ciencia ficción, este trabajo argumenta que la fantasía como género puede ofrecer herramientas poderosas al pensamiento ecológico. Centrándome en la película de Hayao Miyazaki de 1997, “La princesa Mononoke”, sostengo que el retrato fantástico de un mundo natural animista proporciona un marco para reconocer y respetar la subjetividad de las personas no-humanas. Partiendo del concepto de persona multinatural de Eduardo Viveiros de Castro, este artículo analiza las formas en que la fantasía animista permite que Miyazaki retrate plantas, animales, y otros agentes no-humanos que deben ser respetados. Además, usando el trabajo de Eduardo Kohn sobre la materialidad de la semiosis para examinar ejemplos de comunicación entre especies en “La princesa Mononoke”, mantengo que, al expandir la concepción de persona y lenguaje, la película se opone a las narrativas antropocéntricas de dominio al mostrar el conocimiento humano como necesariamente limitado e incompleto. A su vez, el reconocimiento de los límites epistemológicos promueve una actitud ética que evoca la descripción de Michael Marder sobre el pensamiento vegetal como un modo que reconoce la importancia de lo desconocido y de lo inescrutable. En definitiva, este trabajo apela a que se considere cómo los modos de pensamiento y de representación estética que tradicionalmente han quedado fuera del ámbito científico pueden ofrecer recursos para imaginar las relaciones entre humanos y no-humanos.
Responding to a robust archive of ecocritical work on science fiction, this paper argues for fantasy as a genre that can offer powerful tools for ecological thinking. Focusing on Miyazaki Hayao’s 1997 film “Princess Mononoke”, I argue that fantasy’s portrayal of an animistic natural world provides a framework for recognizing and respecting the subjectivity of nonhuman persons. Drawing on Eduardo Viveiros de Castro’s concept of multinatural personhood, this paper analyzes the ways in which animistic fantasy allows Miyazaki to portray plants, animals, and other nonhumans as agential subjects that must be respected. Further, using Eduardo Kohn’s work on the materiality of semiosis to examine instances of cross-species communication in “Princess Mononoke”, I argue that the film’s expanded conceptions of personhood and language counter anthropocentric narratives of mastery by portraying human knowledge as necessarily limited and incomplete. In turn, the acknowledgement of epistemological limits encourages an ethical attitude which resonates with Michael Marder’s description of plant-thinking as a mode that acknowledges the importance of the unknown and the unknowable. Ultimately, this paper calls for a consideration of how modes of thought and aesthetic representation that have traditionally fallen outside the purview of the scientific can offer resources for imagining human-nonhuman relations.