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Francisco J. Magraner Moreno 
Resulta de común conocimiento que son tres las formas en las que se gestionan los tributos locales: mediante liquidación, autoliquidación y por padrón. Formas de gestión que tienen cada una su propia singularidad, respecto, por ejemplo, a la manera de notificarse la deuda tributaria, el plazo para su pago o el régimen de recursos que les compete. En otro orden de cosas, si bien son notables las contingencias que se plantean en la propia génesis de la gestión tributaria (p.e., en la presentación de la declaración, la emisión de la liquidación, la formulación de la autoliquidación y la confección del padrón, con su paralela notificación de la liquidación y la de los recibos correspondientes), se ha observado una mayor controversia en cuestiones relativas a los procedimientos tributarios, fruto de la cual se ha gestado ya una consolidada jurisprudencia
