Gran Canaria, España
La crisis energética tras la pandemia, que comenzó en 2021 y se agravó en 2022 con la invasión de Ucrania por parte de Rusia, trajo consigo una batería de instrumentos de intervención pública en buena parte de Europa, con el objetivo general de mitigar los negativos efectos que sobre los precios de la energía —principalmente gas, electricidad y combustibles— generó. En el caso de los combustibles, 17 países introdujeron medidas de política económica, de tres tipos: reducciones fiscales, subvenciones al consumo y establecimiento de un tope en los precios. Al mismo tiempo, 7 países no aplicaron medida alguna, lo que permite configurar un análisis de inferencia causal para estimar los efectos que, sobre los precios, pudieron tener tales medidas. De esta forma, un primer estudio, utilizando modelos de diferencia-en-diferencias, encuentra que, sobre todo en los países que aplicaron subsidio, los precios de los combustibles aumentaron, con lo que los productores se apropiaron en torno al 30 % de dichos subsidios.