Se analiza en este artículo la más que probable relación entre el Monte de San Cibrao, en la provincia de Ourense, y el pequeño oratorio de San Miguel de Celanova (Ourense), desde la perspectiva de la Arqueología del Paisaje, la Antropología y la Historia del Arte. El monte, sagrado desde tiempos prehistóricos, fue objeto de una temprana cristianización, viviendo un refuerzo de ésta en el siglo X con la fundación del monasterio de Celanova por parte de San Rosendo. Se propone también que este oratorio, además de participar de la topografía sagrada del conjunto monástico rosendiano y cubrir necesidades litúrgicas de la época, tendría también una ulterior función evangelizadora en la comunidad.