Ángel Iván González Rodríguez
El incremento en la demanda mundial de minerales y metales ha llevado a explorar nuevas zonas de extracción, y una de ellas es el fondo marino. Sin embargo, esta actividad plantea serias preocupaciones medioambientales y la necesidad imperante de reglamentarla de manera rigurosa.La minería marina implica la extracción de minerales valiosos, como el manganeso, níquel, cobre, cobalto, hierro, plata y oro de las profundidades oceánicas. Aunque se vislumbran beneficios económicos y oportunidades de desarrollo, es fundamental establecer una regulación efectiva para mitigar los posibles impactos negativos.La biodiversidad marina es extraordinariamente rica y diversa, albergando ecosistemas frágiles y especies únicas. La explotación minera en estas áreas podría causar daños irreversibles, como la destrucción de hábitats, la alteración de cadenas alimenticias y la extinción de especies vulnerables.Para salvaguardar los océanos, es fundamental establecer una regulación internacional sólida que garantice una evaluación ambiental exhaustiva y transparente antes de permitir cualquier actividad minera en el fondo marino. Esta regulación debe incluir la protección de áreas sensibles y mayor creación de reservas marinas donde la minería esté prohibida.Además, es crucial promover la investigación científica independiente para evaluar los impactos potenciales y desarrollar tecnologías más limpias y sostenibles para la minería marina.
The necessity of minerals has increased, and new zones of extraction have been explored, like the seabed. This activity generates environmental issues and the necessity to set a hard regulation.Seabed mining means the extraction of high-value minerals such as manganese, nickel, copper, cobalt, iron, silver, and gold from the seabed. Certain economic benefits and development opportunities could be obtained, it is crucial to establish an effective regulation to mitigate potential negative impacts.Marine biodiversity is so rich and diverse, shelving fragile environments and unique species. Seabed mining in these areas could cause irreversible damage, such as habitat destruction, alteration of the food chain, and the extinction of vulnerable species.To safeguard the oceans, setting an international hard regulation is fundamental, which warrants an exhaustive, transparent environmental evaluation before allowing any kind of mining activity in the seabed. That regulation should include the protection of sensitive areas and more creation of marine reserves where seabed mining will be banned.It is crucial to promote scientific research to evaluate potential impacts and develop clean and sustainable technologies for seabed mining.