El benchmarking es una técnica organizativa que consiste en utilizar un «comparador» o «benchmark» a modo de referencia sobre aquellos servicios o procesos de trabajo eficientes que se consideran como la mejor práctica en un área determinada. En la Administración pública, el benchmarking sirve para realizar un análisis comparativo de los servicios que se ofrecen en cada órgano, actividad realizada a fin de mejorar la calidad del servicio público buscando una mejora continua, orientada a la satisfacción de los usuarios. Y los resultados obtenidos, a raíz del empleo de esta herramienta en el sector público, pueden evidenciar o no el desarrollo de servicios más eficientes. El objetivo del benchmarking es conseguir la eficiencia de los circuitos a través del mejoramiento de los procesos actuales. Y las estadísticas judiciales constituyen el principal instrumento de conocimiento de la realidad judicial y proporciona un medio para el análisis y para el soporte de toma de decisiones tanto por parte del Consejo General del Poder Judicial como del resto de los responsables públicos con competencia en la Administración de Justicia. En definitiva, la estadística posibilita la planificación, desarrollo y ejecución de las políticas públicas relativas a la Administración de Justicia por los responsables públicos con competencias en la materia, con unas finalidades de gran relevancia como se recoge en la legislación.