La fijación de la cuantía del procedimiento civil ha sido uno de los tradicionales quebraderos de cabeza de la abogacía y de los órganos jurisdiccionales que se ha visto agravado en los últimos tiempos por la importancia que han adquirido las costas procesales en la litigación masiva. A la vez, se ha producido una confluencia de factores que ha propiciado la revisión y la clarificación del tratamiento de la cuantía a través de varias sentencias recientes de la Sala Primera del Tribunal Supremo, que servirán de hilo conductor en este dossier. Se trata de casos paradigmáticos que han permitido considerables progresos, especialmente en el ámbito procesal. Sabemos ahora, ya con certeza, y entre otras cosas, que la fijación de la cuantía no puede ser objeto autónomo de la tutela judicial y que queda sometida a la buena fe procesal; conocemos cuáles son las pautas del control de oficio y las distintas posibilidades que admite el tratamiento temporal de los conflictos sobre la cuantía. Se tratará, en los apartados siguientes, de trazar una línea argumental que nos permita recorrer y entender esos progresos, además de otras cuestiones, más sustantivas, relacionadas con la incidencia de la cuantía del procedimiento en la indemnidad del consumidor.