Se analiza que la inteligencia artificial es una extensión «natural» de la inteligencia humana. El sistema de justicia penal, incluidas las prisiones, no pueden quedar al margen de este desarrollo. La IA es imprescindible para mejorar la gestión de las prisiones. Se puede utilizar para mejorar disímiles tareas como la evaluación de riesgos, la probabilidad de reincidencia, la clasificación penitenciaria, la concesión de permisos de salida, suspensión de la privación de libertad y la concesión de libertad condiciona.