A la numerosa comunidad iraní que reside en Los Ángeles, en Estados Unidos, se la suele describir como solidaria, rica, emprendedora y tendente a la endogamia. Aunque se critica abiertamente a la República Islámica –algunos no esperan más que la caída del régimen de Teherán para retornar a su país–, las disparidades políticas dentro de esta diáspora siguen siendo significativas.