Este texto se inscribe dentro de los estudios antropológicos de las emociones, abonando con un enfoque que destaca la cualidad dinámica de la expresión emocional, entendido aquí como movilidad emocional. Ello mediante la descripción y análisis etnográfico de un caso migrante del centro-sur de México hacia los Estados Unidos sin redes solidarias de apoyo previamente establecidas. En su tránsito hacia el norte, se asienta temporalmente en el mercado Mesón Estrella del centro de Monterrey, México. Las vicisitudes aparejadas a las estrategias sociales, políticas y laborales durante su estancia temporal, se recrudecen por la soledad, debido a la carencia de redes en Monterrey ni en el país destino. De tales experiencias surge, como emoción principal de esta etapa de vida, el coraje. Este escrito tiene como base el argumento de que, si la movilidad migratoria es generadora de experiencias de vida inéditas, son asimismo inéditas las experiencias emocionales y debemos explicar su proceso de construcción, que es a la vez íntimo y social. La indagación desde el enfoque propuesto de la movilidad emocional, pone en diálogo dos ámbitos o «espectros emocionales»: el subjetivo y sociocultural, relacionados indisociablemente en la constitución de este estado emocional.
This text is part of the anthropological studies of emotions, contributing with an approach that highlights the dynamic quality of emotional expression, understood here as emotional mobility. This is done through the description and ethnographic analysis of a case of a migrant from south-central Mexico to the United States without solidarity support networks. In its transit to the north, he settles temporarily in the Meson Estrella market in downtown Monterrey, Mexico. The vicissitudes associated with social, political and labor strategies during their temporary stay are intensified by loneliness, due to the lack of networks in Monterrey or in the destination country. From such experiences, courage arises as the main emotion of this stage of life. This paper is based on the argument that, if migratory mobility generates unprecedented life experiences, emotional experiences are also unprecedented and we must explain their construction process, which is both intimate and social. The inquiry from the proposed approach of emotional mobility, puts in dialogue two spheres or “emotional spectra”: the subjective and sociocultural, inseparably related in the constitution of this emotional state.