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Álvaro Barros Astudillo
Chile –al igual que varios otros países en el mundo– enfrenta una crisis hídrica sin precedentes. Se debe en gran parte al innegable efecto del cambio climático. Pero una parte importante se debe también a una insuficiente gestión del recurso. A principios de 2022, Chile aún no contaba con normativa que planificase la explotación y usos del agua de forma sostenible. Solo recientemente se ha incorporado a la legislación nacional la figura de la planificación hidrológica por cuenca. Una parte fundamental de este tipo de estrategias a largo plazo –en tanto les otorga legitimidad, trasparencia y efectividad– es involucrar a la ciudadanía en su elaboración. El presente trabajo busca analizar la participación pública en la reciente planificación hidrológica chilena, cómo ha sido aplicada y qué podría mejorar.
Chile –just like a lot of other countries around the world– faces an unprecedent hydric crisis. This is mainly because of the undeniable effect of climate change. But an important part is also because of a poor management of the resource. At the beginning of 2022, Chile still did not have enough regulation that allowed the planning of the exploitation and uses of the water in a sustainable way. It is only very recently that the hydrological planning of basins has been incorporated to the national legislation. A fundamental part of this kind of strategies -as it gives them legitimacy, transparency and efficacy to the policy- is involving the citizens on the elaboration process. This work seeks to analyze the main elements of the public participation during the recent hydrological planning in Chile, how it has been applied and what can be done better considering that the process of elaboration has not been regulated yet.
