Las organizaciones empresariales tienen la responsabilidad de contribuir a una sociedad más justa e igualitaria, incluso por encima de las obligaciones legales, y es aquí donde entra en juego la Responsabilidad Social Corporativa. Este compromiso adquiere una especial importancia en cadenas globales, donde las exigencias de los ordenamientos jurídicos pueden variar en función de la localización geográfica. Aunque las conductas relacionadas con la RSC son voluntarias, el sector público desempeña un importante papel en el fomento de las mismas. Además, las propias administraciones públicas intervienen en el mercado. La igualdad de oportunidades tiene que formar parte de los valores de toda empresa responsable socialmente, lo que implicará una reinterpretación de las relaciones con sus grupos de interés que recoja sus necesidades en materia de igualdad de género y diseñe políticas en consecuencia.