En este estudio se reflexiona sobre las bondades de la negociación colectiva como vía válida para una adecuada modernización, en términos de profesionalidad, pero también de eficacia y eficiencia, de la relación de empleo público. Se considera, en este sentido, que, frente a una mayor rigidez de la ley, la negociación colectiva es mejor expresión de la utilidad, necesidad y oportunidad de atender a las legítimas aspiraciones de todas las Administraciones públicas de ordenar sus recursos humanos de forma flexible y dinámica, con el acuerdo de las partes, en organizaciones vivas que deben transformarse al ritmo que la propia sociedad les impone. Sin embargo, las Administraciones públicas transitan en otra dirección, concediéndole a la negociación colectiva un papel secundario dentro de su sistema de fuentes. La configuración de este derecho colectivo en el empleo público puede estar detrás de la escasa práctica negociadora. Redefinirlo podría ser la solución.