Durante el siglo XVIII se inició un proceso que inicialmente se centró en la incorporación de señoríos a la Corona y posteriormente, ya en el siglo XIX finalizó con la abolición del régimen señorial. Las demandas de tanteo e incorporación a la Corona fueron frecuentes y una de las primeras fue la planteada contra el marqués de Benamejí, en la que se debatió el tema, siempre problemático, de la propiedad de la tierra.