José Enrique Ruiz Domènec
Todas las civilizaciones han sido creadas a partir de una estructura latente que las impregna de razón. Ese debe ser el objetivo de toda investigación histórica, para tratar de desvelar, así, la vida secreta de los senti- mientos de un grupo de gente, su efecto en las decisiones cotidianas, las historias indivisibles que forjan la historia común. De ese afán surge el llamado «sueño de Ulises», que se adueñó de la cultura mediterránea para orientar la vida concreta de los hombres de ese mar, y para que hicieran una permanente lectura de los clásicos como antídoto contra el olvido y base de sus iluminaciones. De este modo, queda revelado el sueño como un legado que el pasado ofrece al futuro para orientar sus pasos y no caer en los mismos errores ya cometidos, esos conflictos cuyo eco aún resuena por los torpes modos en que se solucionaron.