El autor analiza los delitos contra el patrimonio histórico, y señala que se trata de una materia a la que, desde antiguo y por diferentes motivos se le ha concedido poca importancia en nuestro país. Actualmente la situación ha cambiado debido a que España participa en un importante número de tratados internacionales relativos a esta materia, sin omitir la legislación existente al respecto en el contexto comunitario o de la ONU, y a que casi todos los países del mundo han ratificado la convención de la UNESCO. Sin embargo, los problemas subsisten y por ello, el autor sostiene la necesidad de protección del patrimonio histórico y al hecho de que, lógicamente, la legislación debe de ser un instrumento clave para conseguir esa protección.