Ni duda cabe que Borges desde la ficción lindó con la ciencia, se inspiró en ella y la inspiró al grado de no saber qué fue primero, el huevo o la gallina. Así ocurre con el asunto de los fractales: física, matemática, geometría, ingeniería y arte.
La teoría del caos desde el laberinto borgeano, un reto para el intelecto.