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Alonso Gutiérrez Aristizábal
En el contexto de un mundo cada vez más globalizado, que afecta en particular las ciudades de América Latina y que está orientado, entre otras cosas, a homogeneizar las prácticas de consumo, los bienes patrimoniales (materiales e inmateriales) son transformados en mercancía que añade valor a las ciudades que deben responder a la demanda por el interés que despiertan para el turismo internacional y para la sobrevivencia de algunas economías locales. Las acciones que se toman desde las instancias gubernamentales para la gestión del patrimonio tienden a ver sus valores desde una perspectiva instrumentalista que en la mayoría de los casos no considera las verdaderas necesidades de la población que habita estos lugares generando procesos de gentrificación o tomado acciones donde se tiende a petrificar las prácticas y a que se impongan simulacros orientados a complacer las expectativas de los turistas ávidos de consumir "cultura". La valoración, por tanto, requiere de visones más amplias donde se tenga una aproximación holística del territorio. En este sentido, la noción de paisaje contribuye a este propósito. Sin excluir otros tipos de valoración, la comprensión de un lugar patrimonial, desde esa noción de paisaje, permite abordar el problema desde diferentes aspectos y lograr un mejor reconocimiento para la planificación con el fin de poder tomar acciones de mayor pertinencia en la gestión de estos lugares.
In the context of an increasingly globalized world, which affects in particular the Latin American cities and is oriented, among other things, to homogenize consumption practices, heritage (material and inmaterial) assets are transformed into merchandise that adds value to the cities. They must respond to the demand by the interest they arouse for international tourism and for the survival of some local economies. The actions that are taken from the governmental instances for the management of the patrimony tend to see their values from an instrumentalist perspective that in the majority of the cases does not consider the true necessities of the population that inhabits these places, generating gentrification processes or taking actions where there is a tendency to petrify the practices and to impose simulations aimed at satisfying the expectations of tourists eager to consume "culture". Valuation, therefore, requires broader visions where there is a holistic approach to the territory. In this sense, the notion of landscape contributes to this purpose. Without excluding other types of assessment, the understanding of a heritage site from that notion of landscape allows us to approach the problem from different aspects and achieve a better recognition for planning in order to be able to take more relevant actions in the management of these places.
