La imprenta de tipos móviles, inventada alrededor de 1450, ya se había extendido por Europa a principios del siglo XVI. Durante este siglo y el siguiente fue llegando además a algunos enclaves coloniales de América e incluso de Asia. Sin embargo, los archipiélagos ibéricos del Atlántico (Canarias, Madeira, Azores y Cabo Verde) no se beneficiaron de esta invención hasta 1750, y no fue hasta bien avanzado el siglo XIX cuando todos estos territorios insulares pudieron contar con sus propios talleres de imprenta. Este artículo describe la llegada de esta industria a las islas y algunos detalles relevantes de su historia. La comparación entre diferentes lugares de la misma región geográfica contribuye a identificar varios rasgos peculiares.