Hay que tenerlos muy bien puestos para decidir, un buen día, que vas a inventarte un nuevo refresco de cola y enfrentarte a dos gigantes de la talla de Coca-Cola y Pepsi. Solo así se entiende lo que Mirco Wolf Wiegert y Lorenz Hampl idearon en 2002 tras una noche disfrutando de unas pizzas congeladas y unas latas de la marca que al poco tiempo se convertiría en su competencia