Las redes sociales puede decirse que no son realmente plataformas de libertad de expresión sino plataformas de publicidad y tienen políticas de moderación de contenidos y operan bajo reglas privadas de gobernanza. Esto significa que se está produciendo un desplazamiento de los derechos humanos y fundamentales de la libertad de expresión o de información desde el derecho público estatal al derecho privado de las reglas de moderación de contenidos. Así, se convierten en las leyes de las redes sociales, emergiendo las plataformas tecnológicas como «gobernantes de la libertad de expresión», «guardianes de la esfera pública», «tribunal digitales del discurso» o «administradores de la cultura pública». El problema es que estos derechos humanos están girando desde la ley pública hacia una censura tecnológica, la «tecnocensura».
Las políticas de las redes sociales deciden qué está permitido, y los algoritmos de recomendación promocionan lo que es visible. Esto nos lleva a la siguiente pregunta, ¿quién controla a los moderadores?
Social networks are arguably not really free speech platforms but advertising platforms and have content moderation policies and operate under private governance rules. This means that there is a shift of human and fundamental rights of freedom of expression or information from public state law to the private law of content moderation rules. Thus, they become the laws of social networks, with technology platforms emerging as «governors of free speech», «guardians of the public sphere», «digital courts of discourse» or «stewards of public culture». The problem is that these human rights are pivoting from public law to technological censorship, «technocensorship».
Social media policies decide what is allowed, and recommendation algorithms promote what is visible. This begs the question, who controls the moderators?