Almería, España
Para Ortega, la búsqueda de la excelencia es un deber de la humanidad; consiste en su quehacer, su destino. Incluso, el filósofo español creía que la única forma de enfrentar la amenaza nihilista del relativismo era tomarse en serio la posibilidad de devenir seres excelentes, ya que rehuir ese destino es caer en los escalones más bajos de lo humano: ahí donde no hay diferencia entre lo humano y lo animal; donde el capricho y la fuerza daminan la vida.