Natalia Donoso Pardo
Animales enfermos. Filosofía como terapéutica tiene la amabilidad de dirigirse a un público amplio, diverso y para nada experto en la materia, pero también —y es quizás lo más destacable— invita a desplazarnos al terreno de lo que es estrictamente filosófico, a saber, la pregunta por quienes somos. Los filósofos, tal y como señala Diana Aurenque, no son los únicos que pueden reflexionar acerca de la naturaleza humana: estamos, en tanto seres humanos, condenados a reflexionar acerca de nosotros mismos. En medio de nuestra ajetreada existencia, se vuelve imposible escapar de la pregunta primordial por quienes somos y cuál es el fin de nuestro vagabundeo por el mundo.