La reciente reforma de los delitos de maltrato animal presenta un objetivo muy ambicioso haciendo extensiva la protección penal a todos los animales que tengan la condición de vertebrados. El hecho es que, pese a la voluntad del legislador de hacerse extensiva esta protección a todo tipo de animales, la remisión a una normativa sectorial cuyo contenido y alcance no queda perfectamente definido crea un ámbito de incertidumbre que hace difícil entender el verdadero contenido y alcance de la norma. En el presente artículo se analiza la nueva regulación del delito de maltrato animal como tipo penal en blanco y la remisión que este hace a las distintas ordenaciones sectoriales en la materia.