La lógica borrosa política construye leyes con contornos difusos y suaves que encuentran frecuentemente su verdadera dimensión en la fase de ejecución y control judicial. Escalón que también se encuentra lejos del automatismo, que padece las contradicciones y dificultad de hacer aterrizar conceptos y líneas estratégicas y conciliarlos con resoluciones motivadas y justificadas, lo que deriva en algunos fenómenos que se analizan, entre ellos la proliferación de atascos de expedientes.