Pilar Tello
El mundo entero mira hacia Barcelona y Sevilla ante el inminente comienzo de los acontecimientos que han hecho de 1992 un año mágico. Los Juegos Olímpicos y la Exposición Universal dependen en gran medida de las telecomunicaciones y se convierten en el despegue de España hacia este mercado mundial. El resultado de todos estos esfuerzos, tanto humanos como tecnológicos, se verá en 1993.