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José Zaragoza Huerta, Idalia Patricia Espinosa Leal
El presente trabajo, extractamos el movimiento de reforma de justicia penal neoleonés que, a la postre, fue receptado por la Federación y, consecuentemente, por otras entidades federativas3, que a la postre, darían lugar al nuevo paradigma de solución de conflictos penales en México. No hay lugar a dudas de que una nueva política criminal que en el Estado de Nuevo León se desarrolló a partir del año 2003 vino a replantear las estructuras jurídicas donde el Estado se convierte en el garante de la resolución de conflictos de manera pacífica, transparente y restaurativa. En definitiva, estamos ante la visión democrática de un auténtico Estado de Derecho. Asimismo, asistimos a la refundación de las instituciones de seguridad, tales como las policiales, las cuales se orientan al cumplimiento de tres ejes rectores, indispensables en la relación ciudadano-estado. Aludimos a la observancia de la legalidad, la dignidad y la racionalidad. En conclusión, los nuevos paradigmas de la seguridad y la justicia observan lo preceptuado por Mantovani, quien entiende que, en un estado civilizado no debería haber ni amigos ni enemigos, solo inocentes y culpables
The present work, we extract the neo-Leon criminal justice reform movement that, in the end, was received by the Federation and, consequently, by other federative entities, which in the end, would give rise to the new paradigm of solution of criminal conflicts in Mexico . There is no doubt that a new criminal policy that was developed in the State of Nuevo León since 2003 came to rethink the legal structures where the State becomes the guarantor of the resolution of conflicts in a peaceful, transparent and restorative In short, we are facing the democratic vision of a true rule of law. Likewise, we assist in the re-foundation of security institutions, such as police, which are oriented towards the fulfillment of three guiding axes, indispensable in the citizen-state relationship. We refer to the observance of legality, dignity and rationality. In conclusion, the new paradigms of security and justice observe what was prescribed by Mantovani, who understands that, in a civilized state there should be neither friends nor enemies, only innocent and guilty
