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Laura Sanz Martín 
El nacimiento determina la existencia del hombre y con ello su proyección jurídica hasta que se produce el fin de su existencia. Sobre esta dimensión natural del ser humano, la vida y la muerte se proyectan en el mundo del Derecho como hechos generadores de efectos que afectan al individuo integrante de una comunidad social(1). Los procesos de nacer y morir han sido identificados a lo largo de la tradición jurídica como conditio iuris para determinar la existencia del hombre entendido este, bien como sujeto de derecho, bien como persona física. En palabras de DOMÍNGUEZ MILLÁN(2) “el hombre no ha sido nunca considerado con un valor jurídico propio inherente al hecho de ser hombre; su condición dependía de las circunstancias en que se encontrara respecto de los grupos que constituían el Estado y concretamente en Roma, era necesario que formara parte de una familia”.
Si bien en el Derecho actual basta con ser hombre para ser persona en el sentido de sujeto de Derecho, no ocurría lo mismo en el mundo romano donde las condiciones biológicas que se exigen en nuestro tiempo para constatar la existencia humana y por ende ser persona-sujeto de derecho, solo determinaban la existencia del hombre como persona física quedando condicionada su personalidad civil a la posición que la criatura nacida ocupara dentro de la comunidad doméstica. Así, la posición jurídica del cives, por lo menos en la época más arcaica del ius civile, se hará depender del sometimiento jurídico de este al poder de otro cives, varón, libre e independiente, el paterfamilias.
Sobre esta base analizaremos la dimensión jurídica que conlleva el proceso de la vida y la muerte de la persona-sujeto de derecho, en orden a identificar las medidas asistenciales que regula el Derecho en cada una de sus épocas con el fin de complementar la capacidad de quienes por razón de edad han dejado de estar sometidos a la patria potestad y no pueden regirse de manera independiente en los aspectos de la vida pública.
Birth determines the existence of man and with it his legal projection until the end of his existence occurs. On this natural dimension of the human being, life and death are projected in the world of Law as events that generate effects that affect the individual member of a social community. The processes of birth and death have been identified throughout the legal tradition as a conditio iuris to determine the existence of man, understood as this, either as a subject of law or as a natural person. In the words of DOMÍNGUEZ MILLÁN “man has never been considered with his own legal value inherent to the fact of being a man; his condition depended on the circumstances in which he found himself with respect to the groups that constituted the Country and specifically in Rome, it was necessary that he be part of a family”.
Although in current Law it is enough to be a man to be a person in the sense of a subject of Law, the same did not happen in the Roman world where the biological conditions that are required in our time to verify human existence and therefore to be a person- subject of law, they only determined the existence of man as a natural person, his civil personality being conditioned to the position that the born child would occupy within the domestic community. Thus, the legal position of the cives, at least in the most archaic times of the ius civile, will depend on its legal submission to the power of another cives, male, free and independent, the paterfamilias.
On this basis we will analyze the legal dimension involved in the process of life and death of the person-subject of law, in order to identify the assistance measures that the Law regulates in each of its periods, with a view to complementing the capacity of those who, due to age, have ceased to be subject to parental authority and cannot govern themselves independently in aspects of public life.
