Leandro Sequeiros San Román
En el año 1923, mientras Europa todavía trataba de recuperarse de las profundas heridas generadas por la Primera Guerra Mundial, el bioquímico inglés, John B. S. Haldane (1892- 1964) publicó un pequeño libro titulado Dédalo o la ciencia y el futuro. En él recogía sus reflexiones sobre el valor de la ciencia y de la tecnología para el desarrollo de la sociedad. La visión positiva y optimista del futuro de la ciencia y de la tecnología de Haldane fue rápidamente contestada por el filósofo y matemático galés Bertrand Russell (1872-1970). Unos meses más tarde, en su ensayo Ícaro y el futuro de la ciencia plateaba una visión mucho más escéptica y pesimista acerca de la influencia que la ciencia puede ejercer en nuestras vidas.