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Marcos Sanso Frago
Es usual destacar en la economía aragonesa la relevancia de sectores como la logística, la automoción o la industria agroalimentaria. En este artículo se destapa la existencia de un sector económico que nunca se pone a la altura de los anteriores porque, dada su naturaleza, no se le identifica generalmente como una actividad estrictamente económica. Puede deberse a la naturaleza del output, al predominio del sector público en su desempeño, o a su proximidad en una parte importante de la vida de todos y cada uno de nosotros. Sin embargo, la actividad del sector Educación no sólo es esencialmente económica en una doble dimensión, sino que no pocas de sus magnitudes son de record, según se acredita en estas páginas. No es exagerado calificar al sector como el “tapado” de la economía aragonesa a la vista de los datos sobre empleo y rentabilidad, así como en la evolución de la productividad y del número de empresas.
