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Las migraciones humanas actuales y las extinciones a escala masiva de seres no-humanos nos obligan a aplicar de forma más cuidadosa conceptos interespecie de movilidad para entender los papeles que juegan las fronteras geopolíticas, así como las diversas formas de colonialismo en desarrollo que han producido y que continúan perpetuando estas fronteras. Este ensayo aplica las ecocríticas bioregional, material, descolonial y de frontera para historizar la prevención por medio de la puesta en práctica de medidas disuasorias en la región fronteriza entre México y Estados Unidos, y debate las diversas implicaciones significativas de los actores interespecies en los contextos migratorios, explorando las varias maneras en las que la naturaleza no humana continua desplegándose materialmente contra los inmigrantes. Al historizar las tácticas de imposición de los Estados Unidos, este ensayo rastrea la distribución de la agencia humana desde los legisladores coloniales, etnonacionalistas y neoliberales estadounidenses, pasando por los cuerpos humanos paramilitares, por las estructuras del entorno construido, hasta, finalmente, las maneras en las que la agencia se difumina aún más a través de las complejas redes de los diversos tipos de actores humanos y no-humanos—plantas, animales, accidentes geográficos, cauces de agua, condiciones climáticas y meteorológicas, etcétera. Mientras que en algunos ejemplos los animales no-humanos se despliegan contra los inmigrantes y otros pueblos indígenas y mestizos, en otras implicaciones interespecies, los animales participan en la revelación y denuncia de la violencia patrocinada por el estado, llevando a cuestiones más amplias sobe el estatus de otros animales no-humanos en las zonas fronterizas. El principal centro de atención del ensayo es ilustrar lo prácticamente insostenible que es, y el daño severo que se hace al seguir contemplando la frontera desde las posiciones del colonizador o de la excepcionalidad humana.
Current human migrations and nonhuman extinctions on massive scales compel us to more carefully apply interspecies concepts of mobility to understanding the roles played by geopolitical borders, as well as the various, ongoing forms of colonialism that have produced and continue to perpetuate these borders. This essay applies bioregional, material, decolonial, and borderlands ecocriticisms to historicize prevention through deterrence enforcement measures in the Mexico-US border region, and discusses several significant entanglements of interspecies actors in migratory contexts, exploring a range of ways that nonhuman nature has been and continues to be deployed materially against migrants. In historicizing US enforcement tactics, the essay tracks the distribution of human agency from settler colonial, ethnonationalist, and neoliberal US policy makers, to armed paramilitary human bodies, then into structures of the built environment, and, finally, to the ways that agency is further diffused across complex webs of multiple kinds of human and nonhuman actors—plants, animals, landforms, watercourses, climate and weather conditions, and so on. While in some instances, nonhuman animals are deployed against migrant and other indigenous and mestizo people, in other multispecies entanglements, animals participate in the revelation and denunciation of state sponsored violence, leading to larger questions of the status of other nonhuman animals in the borderlands. The essay’s primary focus is on illustrating the practical untenability of, and the severe harm done in, continuing to regard the borderlands from settler colonialist or human exceptionalist positionalities.
