La producción normativa no pasa por su mejor momento y la democracia deliberativa está en sus horas más bajas. El legislador actual nos quiere acostumbrar al uso abusivo del decreto-ley, proposiciones de ley que crean tributos ex novo, incumplimiento de resoluciones del Consejo de Transparencia que obligan al Gobierno a entregar los documentos relativos a la huella normativa de los procesos prelegislativos y al incumplimiento sistemático de los principios de buena regulación.