Las realidades legislativas cambian con el transcurso del tiempo y, con ellas, la tecnología y, específicamente, la informática, acompañará a estas nuevas realidades de forma inseparable. Cometer una violación es un crimen execrable contra la dignidad humana, que merece el rechazo de la Sociedad en su conjunto y las máximas penas de prisión. Ser acusado en falso de la comisión de tal delito es un crimen tan execrable como aquél, puesto que, a la pesada carga del procedimiento judicial, a los gastos económicos del mismo y a la incertidumbre durante el largo período transcurrido entre la denuncia y el dictado de la sentencia (entre tres y seis años), se le une la conocida como «pena de telediario», en la que el acusado (y aún no condenado), es vituperado y vilipendiado en todos los medios de comunicación de masas y en las redes sociales, como un deleznable criminal. La informática y la jurisprudencia, brindan la posibilidad de obtener, de manera preventiva, la que puede ser una de las únicas pruebas de descargo posibles ante una acusación falsa de violación, una grabación de audio.