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La IA ha suscitado el temor de bastantes especialistas: personas de tanto relieve social como Stephen Hawking, Elon Musk o Bill Gates han manifestado su desconfianza hacia esta tecnología. Dejando aparte hipótesis extremadas, como la de la Superinteligencia, los sociólogos y juristas han comenzado a dibujar el mapa de los ámbitos de la realidad más influidos por la tecnología inteligente, en los cuales se puedan derivar daños de su uso. Las propuestas para la gestión de los daños producidos por sistemas inteligentes utilizan remedios ya consolidados, como la responsabilidad de producto o la responsabilidad objetiva. En definitiva, la solución pasará por establecer los criterios por los cuales pueda imputarse la reparación del daño a la persona que haya utilizado o se haya beneficiado de la IA causante del mismo.
AI has raised the fear of many specialists: people of such social importance as Stephen Hawking, Elon Muskor Bill Gates have expressed their distrust of this technology. Leaving aside extreme hypotheses, such as that of Superintelligence, sociologists and jurists have begun to draw the map of the areas of reality most influenced by intelligent technology, in which damages can be derived from its use. Proposals for the management of damage caused by intelligent systems use already consolidated remedies, such as product liability or strict liability. In short, the solution will be to establish the criteria by which the reparation of the damage can be attributed to the person who has used or benefited from the AI causing it.
