El territorio rural en Zamora ofrece un mapa complejo en el que se entremezclan las necesidades y demandas de la población hacia un medio físico y natural que hay que proteger y respetar, pero que es además el escenario de su vida cotidiana, sobre el que la ordenación urbanística tiene que marcar los límites y las posibilidades. Son lo que tenemos, lo que percibimos, las estructuras rurales que hemos heredado; el cómo nos enfrentemos a ello va a repercutir en su tratamiento, en la capacidad de acogida a las demandas actuales y futuras, lo que constituye nuestra responsabilidad hacia el futuro.
Las Normas Urbanísticas Territoriales –NUT ZA- tratan de extraer lo esencial, lo caracterizador de cada comarca, cada municipio y cada pueblo, lo que los identifica, desde la escala territorial a la escala próxima; partiendo de los movimientos que realizan sus habitantes se compone una cartografía de viajes y ocupaciones de una población que se mueve, generando necesidades diferenciadas entre la residencia, el trabajo, el ocio y el tiempo de viaje, variables que se incorporan a la planificación tratando de descifrar las claves que permitan la organización de un espacio cambiante.
Encontrar la escala en la aproximación, en el aprendizaje sostenido del territorio, diferenciando lo variable y lo que permanece, las transiciones, lo que da carácter al lugar, para contribuir a la organización territorial de los pequeños municipios de la provincia de Zamora.