Singapur es, hoy en día, uno de los referentes mundiales a nivel tecnológico, científico e innovador, de la mano de empresas, centros de investigación y universidades. Dicho carácter innovador se traduce en el mayor PIB per cápita de Asia y, en la actualidad, es 17 veces superior al que era en 1965, cuando logró su independencia.
Para lograr estos resultados, un factor fundamental ha sido la calidad de sus instituciones y la coordinación entre los diferentes actores involucrados en la innovación (Gobierno, centros de investigación y sector privado), pasando por las diferentes etapas de desarrollo económico hasta convertirse en una economía basada en la innovación.