José Francisco Escudero Moratalla, Mercè Ferrer Adroher
La conducta criminal existirá siempre, y en este caso, la viabilidad de un modelo social, va a residir, en que el mismo, sea capaz de canalizar el fenómeno criminal, ya que, aunque se hayan alcanzado altas cotas de cumplimiento de las normas, siempre existirán conductas limítrofes con la normativa vigente. No radica el éxito en alcanzar un elevado grado de «santidad social», sino en que las conductas antisociales estén debidamente controladas con los medios que disponga la sociedad, la cual, tiene que asumir y «normalizar» un nivel determinado de delincuencia controlable, de tal modo que no llegue a alcanzar un grado que suponga un descontrol generalizado y la ausencia del mínimo respeto a las leyes.